Las presas son una de las construcciones más difíciles de hacer. Son obras en las que debe encontrarse un equilibrio entre los esfuerzos a los que va a estar sometida la presa y la resistencia de la propia estructura. Explicar esto con sencillez sólo puede hacerlo una autoridad en la materia como Eugenio Vallarino.
En una visita a Sevilla del profesor Vallarino en 2008 le pedimos que nos explicara alguna presa de Andalucía y nos permitiera filmar y editar la explicación para acercar ese tipo de obras a un público no especializado. La idea le gustó y eligió hablar de una presa poco conocida, la presa del Sancho, situada sobre un afluente del río Odiel en la provincia de Huelva.
Vallarino eligió esa obra no tanto por la importancia del proyecto original (1962), sino porque la presa necesitó una intervención importante diez años después de su construcción: hubo que aumentar su altura para que embalsara casi el doble de agua que la presa original y en esa intervención advirtieron que la obra estaba en peligro por un problema de cimentación y requería un refuerzo de cierta complejidad.
Tanto los recrecimientos (aumentar la altura de una presa para que embalse más volumen de agua) como los refuerzos (para asegurar la estabilidad de una obra) van a ser cada vez más necesarias y frecuentes en España, un país donde casi todas las presas posibles están ya construidas mientras sigue creciendo la demanda de agua. Eugenio Vallarino apunta la posibilidad de mejorar el abastecimiento de agua abordando recrecimientos y refuerzos de las presas existentes, más que construyendo nuevas presas.
En el resumen de la lección de ingeniería Vallarino trata en términos generales, sin concesiones ni paliativos, el problema del agua en España.
Eugenio Vallarino y Cánovas del Castillo (1915-2011), doctor ingeniero de caminos, canales y puertos, desarrolló su labor profesional en Saltos de Duero, Energía e Industrias Aragonesas y durante más de treinta años fue jefe de proyectos hidráulicos de Auxini (después denominada Edes e Initec).
Ejerció la enseñanza en la Escuela de Caminos de Madrid de 1949 a 1984, desde el año 1967 como catedrático de Obras y aprovechamientos hidráulicos.
Su Tratado básico de presas (1991) en palabras de Fernando Sáenz Ridruejo “llegó a ser una tarjeta de presentación de nuestra técnica en todo el mundo de habla hispana. Lo mismo puede decirse de Aprovechamientos hidroeléctricos, cuya primera edición, en dos gruesos volúmenes, realizó en el año 2000, a los 85 años”.
En el año 2008 la International Commission on Large Dams, ICOLD, le concedió la medalla de oro, única otorgada hasta la fecha a un español.